Tuesday, May 23, 2006

Chetes

Chetes
En una época musical en donde los héroes y figuras populares son tan fácilmente derrocadas como los son creadas, Chetes, ex - líder de la banda de rock regiomontana Zurdok, incursiona con “Blanco Fácil” como solista con lo que podría ser su consolidación como uno de los músicos más talentosos del rock-pop mexicano. Retrato del artista sobresaliente


Por ARTURO R. JIMÉNEZ
Alrededor del año de 1998 una decena de agrupaciones musicales originarias de Monterrey, Nuevo León, comenzaron a editar bajo diferentes sellos un sinúmero de propuestas interesantes que los llevaron a crear un especie de movimiento cultural, uno de esos pocos que se suscitan en un país tan necesitado de música sorprendente como el nuestro. Grupos como Plastilina Mosh, Control Machete y Jumbo estelarizaban esta “movida regia”, pero dentro de todos estos músicos con influencias en géneros tan distintos como el hip-hop de Los Ángeles, el punk inglés y el disco, se encontraba un quinteto de jóvenes que tal vez a primera instancia no prometían más allá de ser una grupo más con una serie de canciones atractivas, pero en un espacio de menos de diez años se han convertido en una de aquellas historias clásicas del “¿qué hubiera sucedido si…?” que caracterizan las tragedias de héroes caídos y ejércitos vencidos.

Fernando Martz, Maurizio Terracina, Fletch Sáenz, David Izquierdo y Gerardo Garza formaron Zurdok Movimento alrededor de 1995, pero no fue hasta después de haber ganado una Batalla de Bandas importante un par de años después que parten tras el sueño mexico-americano hacia Los Ángeles en donde grabarán su ópera prima. Bajo el mando y producción de Jason Roberts, el cual convence a la agrupación de tener unos segundos vocales a cargo de Garza, o Chetes, como se le reconocerá de ahora en adelante, Zurdok Movimento lanzan en primera instancia “Antena” (Manicomio Records, 1997), un trabajo de rock pesado adornado por los coros de su nuevo vocal. Pero los años pasan y nada permanece igual; Ahora llamados simplemente Zurdok, con modificaciones en la alineación y un nuevo reconocimiento popular adquirido, Chetes, el nuevo caudillo inequívoco de Zurdok, empuja al grupo a deshacerse de su piel musical después de cada nuevo lanzamiento y los lleva a cambiar su sonido en cada uno de sus tres álbumes editados. Culminando con “Maquillaje” (UNIVERSAL, 2001), Zurdok se desintegra de manera definitiva, dejando a más de un miembro ávido por tomar el siguiente paso en su carrera musical. Más de tres años tardó para que se escuchara material nuevo de alguno de los integrantes de la ahora extinta banda. Chetes y Maurizio Terracina regresaron con “Vaquero” (EMI, 2005) y su álbum homónimo: un trabajo completamente en inglés con aspiraciones de llevarlos más lejos de lo que alguna vez alcanzaron como Zurdok. Bajo una lluvia de críticas positivas, Vaquero comenzó a adquirir renombre en la escena musical latinoamericana. Pero esta no es una historia estática, el orden de las cosas cambian, y Chetes, por un lado incitado por su disquera a aprovechar su productividad como músico, y deseando beneficiarse por esta nueva atención recibida por la industria discográfica, osa en emprenderse como solista.

Ahora, a sus 28 años, Chetes deja atrás movimientos musicales, necesidades de experimentación, olvida el espacio exterior y explora las entrañas de su propio ser y se postra frente a un micrófono, solo. “Blanco Fácil” (EMI, 2006) es el resultado de este esfuerzo colectivo para mostrarle al mundo la habilidad de Chetes de composición universal: letras personales y compenetrantes, más no íntimas. Con una sesión de grabación en Nashville, Tennessee, seno de la música country en Estados Unidos, y apoyado de Ken Coomer, baterista de la banda Wilco, Chetes comenzó a labrar y perfeccionar todos aquellas melodías que no tuvieron cabida en producciones pasadas.

Con una obra de doce cortes bajo el brazo, Chetes persigue de manera solitaria aquel fantasma creativo que lo obliga a ser el protagonista de su propia novela musical; de exponerse y desnudarse ante un público hambriento, crítico y, bajo el fenómeno del hype que le ha creado su disquera EMI, dudoso de la calidad artística del regiomontano. Si bien “Blanco Fácil” no se aleja mucho del contenido musical del cual hemos escuchado anteriormente de Chetes, es sin lugar a dudas su declaración más fuerte. Un trabajo melancólico con un sonido mucho más orgánico y clásico, en donde el actor principal es la voz de Chetes y poco más. Olvidados quedan los sintetizadores de aquel hombre llamado Peter Reardon, la orquestación sinfónica de una banda en metamorfosis y sobre todo la contundencia de guitarras con las que conocimos en primera instancia a Chetes. Talvez es por ser un artista más maduro, un músico con una responsabilidad descomunal encima de él, talvez es un hombre en pugna con sí mismo. “Nunca fingí lo que soy, tengo abierto el corazón” canta Chetes en una de las piezas como si fuese su testamento; una serie de cartas dolidas en donde frases como “que me tomen como ejemplo, que me guarden de recuerdo” son repetidas una y otra vez hasta el agotamiento. Adiós Zurdok, hagamos a un lado por un momento a Vaquero, tomemos una postura definitiva porque aquí está Chetes, preparado para abatir bajo sus propias palabras o convertirse en el artista que todos estaban buscando, dejando atrás la duda de ¿qué hubiera sucecido si…?.

ZURDOK
“Maquillaje”
(UNIVERSAL, 01)
La carta de despedida de Zurdok y el trabajo más ambicioso de su corta carrera. Experimentando con el pop psicodélico y la orquestación clásica, Chetes y compañía crearon su propio “Sgt. Pepper’s” región 4, un álbum con infinidad de capas, complejo y casi conceptual que es mejor comprendido si se escucha de principio a fin. Indiscutiblemente uno de los álbumes de rock en español más atractivos de los últimos treinta años.



VAQUERO
“Vaquero”
(EMI, 05)
Chetes y Maurizio, ex – Zudoks, regresan para intentar conquistar el mercado internacional con un álbum in english en su totalidad. Ahora como un power trío, la más reciente reencarnación de Chetes nos trae unas cuantas joyas de brit pop (“All Day Dreamer”, “Sunshine”) aunadas con cortes aptos para aquellos que extrañan las peores canciones del grunge. Un álbum poco arriesgado que comprueba a Chetes como un esquizofrénico musical con buen oído para las melodías pop.



CHETES
“Blanco Fácil”
(EMI, 06)
Entre un par de cortes que se decía que eran de Vaquero, Chetes se re-introduce al mundo musical como cantautor con un trabajo mucho más reservado sonoramente y muy parecido a lo que alguna vez hizo con el éxito más grande de Zurdok: “¿Cuantos Pasos?”. “Si nadie puede perdonarme que me maten” canta en uno de sus doce cortes, cada uno de ellos comedido y trazado para atraer un público más amplio y crear un éxito de crossover.

(Texto inédito originalmente publicado en la revista FILE)

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